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Región

Perfil de una emigrante ministra

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7 de Junio de 2018

Perfil de una emigrante ministra

Magdalena Valeria Cordero, flamante ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social en el primer Gobierno de Pedro Sánchez, entra perfectamente en el retrato robot de la emigración extremeña.

Nació en Torremocha (Cáceres), a una treintena de kilómetros de la capital de la provincia. Sus padres, que tienen ya cerca de 90 años, son personas de origen humilde. Él fue pastor y Guardia Civil y ella trabajó tanto en su casa como en casas ajenas. Ambos siguen residiendo en su pueblo y no piensan cambiar de vida.

A Magdalena Valerio le encanta Torremocha. Como hija de guardia civil salió del pueblo siendo muy niña, acompañando a sus padres de cuartelillo en cuartelillo. Cuando tuvo edad, permaneció lejos de su localidad natal para poder estudiar y, después, el trabajo y la política le han mantenido y le mantienen alejada, que no distante, de su pueblo.

Y Torremocha (850 habitantes) y su población (bastante envejecida, como toda Extremadura) están muy orgullosas de su paisana. Pero no desde que la han nombrado ministra, sino desde que era niña.

Magdalena Valerio se licenció en Derecho por al Universidad Complutense, de Madrid, sacó las oposiciones y obtuvo plaza en la gestión de la Seguridad Social y el INEM. Es una experta en el sistema público de pensiones.

Afiliada al PSOE, su carrera política comenzó a despuntar en Guadalajara, de cuyo Ayuntamiento fue concejala, a partir de 1999, y segunda teniente de alcalde posteriormente. Del Consistorio de Guadalajara, ciudad en la que reside, pasó a la Junta de Castilla La Mancha, encargándose de varias consejerías, entre ellas la de Trabajo. También consiguió escaño en el Congreso de los Diputados.

Sus conocimientos profesionales la han convertido en una mujer con peso en el PSOE. Valerio pertenece a la ejecutiva federal del partido y es secretaria de Seguridad Social y para el Pacto de Toledo. La opinión del PSOE con respecto a las pensiones se basa en el criterio de esta mujer. Su cercanía a Pedro Sánchez, desde antes de que se convirtiese en secretario general del partido, y la empatía mutua ha reforzado la importancia política de la torremochana, hasta el punto de convertirla en ministra y de una cartera tan importante, por las tareas que tiene por delante –sostenibilidad del sistema público de pensiones, reducción del desempleo, llegada de inmigrantes- como es la de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social.

En la ministra Magdalena Valerio Cordero se dan circunstancias presentes en la vida de muchísimas personas que han tenido que salir de Extremadura para estudiar, para trabajar o por ambas cosas: se han hecho a sí mismas; han triunfado en su profesión lejos de su tierra; no han vuelto a vivir en ella, pero no la olvidan; y hay poderosos vínculos familiares y de amistad, además de vivencias, que las mantienen conectados con su origen territorial.

Magdalena Valerio no es la primera persona nacida en Extremadura que se encarga de la cartera de Trabajo en un gobierno socialista. Antes que ella desempeñó esa función Celestino Corbacho, ministro de Trabajo e Inmigración con José Luis Rodríguez Zapatero. Corbacho nació en Valverde de Leganés (Badajoz), también salió de su pueblo siendo muy niño y se labró una carrera política fuera de Extremadura, como alcalde de Hospitalet de Llobregat y presidente de la Diputación de Barcelona. La gran diferencia es que mientras Magdalena Valerio continúa apegada a su pueblo, aunque resida fuera, Corbacho –ahora en Ciudadanos- hace décadas que se desentendió del suyo.

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