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Nacional

Operación contra la trata de seres humanos en Marbella

Nacional

6 de Julio de 2017

Operación contra la trata de seres humanos en Marbella

En una operación conjunta, agentes de la Policía Nacional y policías búlgaros, coordinados a través de Europol y Eurojust, han llevado a cabo una actuación que ha permitido la completa desarticulación de una organización criminal de origen búlgaro que pretendía hacerse con el control absoluto de la prostitución en toda la zona de la costa malagueña de Torremolinos y Marbella.

El resultado ha sido la detención de 34 miembros de dicha organización, que operaba en ambos países. Además, los agentes han llevado a cabo 21 registros domiciliarios en distintas localidades malagueñas y otros 15 en Bulgaria.

Por orden de la autoridad judicial han decretado el embargo de 6 inmuebles y 18 vehículos y el bloqueo de numerosas cuentas bancarias. Trece víctimas han sido liberadas.

La pista la dio, en septiembre de 2014, una mujer de nacionalidad búlgara cuando se presentó en la Comisaría de Policía Local de Marbella asegurando haber escapado de unas personas que la estaban obligando a prostituirse en la zona de Puerto Banús. Tan pronto tuvieron conocimiento de estos hechos, agentes de Policía Nacional especializados en delitos de trata de seres humanos se entrevistaron con la joven y, tras comprobar la veracidad de sus declaraciones, determinaron que efectivamente estaban ante una víctima de este tipo de delitos, a la que ofrecieron todas las medidas de protección y apoyo previstas en la ley.

INVESTIGACIÓN CONJUNTA 

Dadas las dimensiones de la organización investigada, y el hecho de que sus integrantes operaran tanto en Bulgaria como en España viajando continuamente entre uno y otro país, se solicitó la colaboración de la policía búlgara. Esta colaboración se trasladó también al plano judicial, constituyéndose un Equipo Conjunto de Investigación en el ámbito de Eurojust liderado por el juez instructor de la causa.

El trabajo coordinado de todos los integrantes del equipo permitió localizar a los miembros del entramado, así como detectar a nuevas víctimas, lo que permitió a los agentes establecer el "modus operandi" utilizado por la red y el papel que cada uno de los detenidos desempeñaba dentro de la organización.

De este modo averiguaron que miembros de la organización asentados en Bulgaria buscaban mujeres jóvenes en las zonas más deprimidas del país. Abusando de su precaria situación en unos casos, o recurriendo a métodos como el conocido del "lover boy" en otros, las convencían para desplazarse con ellos hasta nuestro país en busca de una vida mejor.

AGRESIONES Y AMENAZAS

Tras conseguir su consentimiento viajaban con ellas hasta el aeropuerto de Málaga, donde eran recibidas por otros miembros de la organización que las trasladaban a distintos apartamentos de Torremolinos en los que eran alojadas en compañía de otras mujeres en su misma situación.

Entonces eran informadas de que a partir de ese momento debían trabajar para la organización ejerciendo la prostitución. Si se negaban eran agredidas violentamente y las amenazaban con causar daños a sus familiares en Bulgaria, siendo especialmente sensibles las víctimas que habían dejado a sus hijos en dicho país.

CONTROLADAS PERMANENTEMENTE

En los apartamentos en los que residían, aparte de otras víctimas, siempre vivía con ellas una "controladora", mujer búlgara de mayor edad y miembro de la organización, que las vigilaba permanentemente.

La finalidad de dicho control era impedir que las recién llegadas a nuestro país se relacionasen con personas ajenas a la estructura de los proxenetas, es decir, que sus únicos contactos fuesen sus explotadores y las otras víctimas.

En cuanto a la fase de explotación, las víctimas debían ejercer la prostitución en Puerto Banús, debiendo contactar con sus clientes en las calles y desplazarse después con ellos a hoteles o a pisos-prostíbulo dispuestos para ello por la organización. Estos pisos también son controlados por mujeres de la organización, las conocidas como "mamis".

Durante el tiempo que eran explotadas las víctimas también permanecían bajo el control incesante de otros miembros de la organización que las recogían en Torremolinos a última hora de la tarde y las trasladaban en varios vehículos hasta Puerto Banús, en grupos de seis o siete chicas.

Una vez que concluía su jornada (a mitad de la noche o con las primeras luces del día siguiente, dependiendo de la época del año), volvían a recogerlas y las llevaban de nuevo a sus apartamentos. Así cumplían un doble objetivo: mantener el control sobre ellas permanentemente y asegurarse de que ejercían la prostitución durante todo el día.

Pero las víctimas, además, eran aleccionadas para cometer pequeños hurtos sobre los propios clientes de los servicios sexuales, a los que debían despojar tanto de sus pertenencias, como de sus tarjetas de crédito y dinero en efectivo.

“CON LA TRATA NO HAY TRATO”

Esta operación se enmarca dentro del Plan de la Policía Nacional contra la Trata de Seres Humanos con Fines de Explotación Sexual, puesto en marcha en 2013, y que dio lugar a la creación de la Brigada Central contra la Trata de Seres Humanos, adscrita a la Comisaría General de Extranjería y Fronteras de la Policía Nacional.

Con la puesta en marcha de este plan, la Policía Nacional activó la línea telefónica 900 105 090 y el correo trata@policia.es para facilitar la colaboración ciudadana y la denuncia, anónima y confidencial, de este tipo de delitos.

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